domingo, 19 de noviembre de 2017

Diálogo menor

- Está bien- dijo, pero sabía que mentía. No estaba bien, no. Casi nada estaba bien. De hecho, todo discurría tan rematadamente confuso que las diferencias entre “bien” y “mal”, o incluso entre “estar” y “no estar” comenzaban a carecer de importancia.

 - Me alegro- respondió su contertulio, sabiendo también que mentía y que, alegrase o no ya no entraba entre sus prioridades.

 Ambos tomaron asiento en sus respectivos despachos y prosiguieron enzarzados en la ardua tarea de descalificar la deuda soberana de algún pequeño país al que arruinar.

No hay comentarios: