martes, 13 de diciembre de 2016

Políticos pirómanos

No soy monárquico y estaría encantado de que mañana mismo se proclamase la Tercera República. Aunque espero y aspiro a que Cataluña siga en España, me parece razonable que tenga lugar un referéndum sobre su futuro y respeto profundamente la opinión de los independentistas -como, por otra parte, la de todo el mundo, siempre que se expresen democrática y pacíficamente.

Dicho esto, encuentro absolutamente lamentable que algunos independentistas exterioricen sus postulados mediante la quema de banderas españolas o de fotos del rey. Es una actitud descerebrada y fascistoide, una provocación vitriólica que solo genera espirales de odio. Me resultaría igualmente aberrante que alguien quemase una senyera o una foto de Tarradellas, Jaume Companys o Puigdemont y escribiría exactamente lo mismo  aquí  si así sucediese. 

Creo que los mensajes políticos debe realizarse en clave positiva, de reafirmar el pensamiento propio, en lugar de denigrar u ofender al de los contrarios de modo gratuito. Quienes han quemado esas fotos buscan causar daño innecesario y herir los sentimientos de quienes no piensan como ellos. Con ello hacen un flaco servicio a su causa. 

A falta de neuronas para argumentar cívicamente, utilizan sus mecheros para tensar la cuerda y radicalizar a sus contrincantes, en una típica estrategia propia de neonazis o de matones de barrio. 

Viva la convivencia, abajo las actitudes de odio.

 (Foto: Luis Echanove)

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