martes, 20 de marzo de 2012

Conciencia

Me sulfura esta situación, me descontrola. Puede más que yo. Una parte de mí se niega en rotundo incluso a creerse que sea cierto. No es sólo lo que ha hecho: es cómo lo ha hecho. Aún con todo, lo más aberrante es que los demás lo sepan y nadie reaccione. Por eso él se crece, por que sabe que nadie va a mover un dedo para denunciarle. Es verdad que el tema poco tiene que ver conmigo directamente….pero cada vez que pienso en que todo ese dinero que el capullo se embolsa deja de gastarse en aquello a lo iba originalmente destinado me revientan las entrañas del asco…¡es repugnante!...

Es repugnante sí, pero ¿es que acaso los demás no se dan cuenta? ¿no sienten ellos ese mismo asco que ahora yo, desde que lo sé, también siento? ¿Es posible, acaso, que yo esté exagerando en mi reacción?... desde pequeño me he salido de tono ante las injusticias, pero es que tal vez mi percepción de lo que es o no justo sea un poco exagerada…no digo que forzosamente tal sea la situación pero… ¿y si, de algún modo, el equivocado soy yo? En el fondo me encanta el protagonismo…es más que probable que mi principal intención a la hora de destapar todo este cotarro no sea otra que ganar notoriedad frente al jefe o, aún peor, regalarme esa sensación tan mezquina del “deber cumplido”.

Si soy un poco sincero conmigo mismo debo reconocerme que, en el fondo, lo que más me disgusta de todo esta sucia trama es que me siento tonto. Sí: esa es la palabra, tonto porque disfrazo de moral lo que en el fondo no son sino ganas de notoriedad. Por otra parte, sé que si me rebelo contra este turbio mamoneo me la voy a jugar: primero, porque no dispongo de todas las pruebas; segundo, porque aunque a la larga todo se acabe arreglando es evidente que, mientras tanto, todos los otros me va a hacer la vida imposible aquí. Y eso puede durar mucho tiempo. El cabronazo que está echando la mano a la caja, además, bien podría, al verse acorralo y cegado por la venganza, hacerme cualquier jugarreta sucia que ahora mismo no puedo llegar ni a imaginar. Podría, por ejemplo, mezclarme a mí en todo este rollo, aduciendo motivos falsos… si me quemo en esta batalla no podré luchar en otras guerras, tal vez más importantes, en el futuro.

Así que la pregunta que en verdad debo hacerme es: ¿Merece la pena realmente montar un escándalo? Además, las cifras no son tan elevadas…ya sé que lo mismo da robar uno que cien, o al menos eso dicen. Según como definamos el verbo robar, alguien podría decir que yo mismo he robado alguna vez al ministerio…por ejemplo, aquel recibo de un taxi con una cantidad bastante superior a la que marcaba el taxímetro…la idea no fue mía no, sino del taxista aquel, pero yo no rechisté entonces…si, tan solo eran diez o veinte euros, y ahora en cambio hablamos de miles, tal vez decenas de miles…pero, como quien dice, en robar todo es empezar. Yo no soy mejor tipo que el chalado este.

Me creo un santurrón, sí, eso es lo que me pasa…me planteo denunciar este tinglado sólo para figurar de héroe, pero soy igual o peor que él. ¿Quién podría asegurar que si no tuviera acceso diario a la cartera de pagos y tratar con los proveedores no terminaría arrancando algún pellizco?... Además, el tipo se queda con dinero que no es suyo, pero quiere a sus hijos, y a su mujer…nunca diría que es una mala persona. Tiene ese defecto, sí, pero, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, como me decían los curas en el colegio. Y además, es posible que realmente necesite el dinero…que sé yo de su vida, igual tiene un familiar con leucemia o algo así y tiene que sufragarle la hospitalización en Huston… ¿ que coño sé yo de subida? Estoy juzgándole por una cosa mala que hace, pero no conozco el contexto general. Y además: estoy dispuesto a echarme sobre los hombros la responsabilidad de hundir la vida de su familia?¿Cómo se sentirían sus hijos si su padre acabase entre rejas?

Bueno, parece que ya voy teniendo las cosas un poco más claras. Menos mal, me siento bastante más relajado…menudo sofoco, no puedo vivir con este estrés encima, mejor olvido todo el tema y a otra cosa. Y si el asunto tiene que destaparse, ya se destapará sólo antes o después. Más me vale, por una vez, evitar el meterme en problemas yo solito.

(Foto: Luis Echanove)

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