viernes, 26 de febrero de 2010

bailando en el balcón

“El frío sacude tu cabeza desgastada de pensar que las cosas tienen nombre”.

De pronto te das cuenta de que todo aquello ya no existe. Enciendes el Ipod, te colocas los cascos y haces sonar Seguridad Social, Tequila, Mamá y todo lo demás. Te sirves un copazo de Flor de Caña con Sprite, enciendes un cigarrillo y sales a la terraza, una fría y calma noche de Tiflis. Has montado tu fiesta de una sola persona, que eres tú, y evocas los espíritus de tu gente, dispersa en treinta ciudades de veinte países. Vas llamándolos a todos, uno por uno: los de Madrid (Madrid primero; siempre Madrid), y a los de Bruselas, y a los de Managua, y a los de Jerusalén, Manila, Nueva York, Zagreb, Elche, Quito, Barcelona, Villaviciosa, La Habana...y todos fluyen, todos bailan, todos ríen, todos celebran que aquello ya no existe en el pasado, porque existe ahora, porque existe siempre.

“Quiero tener tu presencia.
Quiero que estés a mi lado.
Quiero buscar un camino
que no se encuentre embarrado”.
Seguridad Social.


(Foto: Luis Echanove)

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