martes, 1 de diciembre de 2009

Bakú

Bakú, capital de Azerbaiyán, es a las ciudades del mundo lo que el gas a la física: su estado natural es el cambio. Y el dinero del gas -natural - es, precisamente, el motor de ese estado de ebullición urbana. Aceras levantadas, andamios omnipresentes…pareciera como si todo fuera a ser construido de nuevo y en pocos días, gracias al nuevo milagro económico azerí.

Cuando el viajero se acostumbra a saltar fosas en las aceras y a huir del polvo de las obras descubre una ciudad interesante. Minaretes persas salpican el pequeño centro histórico amurallado. Extramuros se abren los elegantes barrios surgidos en el boom anterior, el de inicios del siglo XX, cuando la mitad del petróleo del mundo se extraía de las riveras del mar Caspio. Docenas de villas inmensas, mansiones de nuevos ricos de hace ciento diez años muestran sus balaustradas mitad orientales y mitad parisinas a lo largo de los bulevares arbolados.

En Bakú es fácil olvidarse de que uno se encuentra en una capital musulmana, entre tanta minifalda y anuncios de cerveza. Azerbaiyán quizás el país de mayoría islámica más laico del mundo. Se diría que la religión principal es el culto al presidente, cuyas fotos, en rictus leninista, cubren todos los rincones.

No sé qué pensar de esta ciudad. Resulta demasiado contradictoria para explicarla. No es europea, pero tampoco asiática. No es hermosa, pero tampoco fea. Es muy moderna, y a la vez muy arcaica. Sus calles comerciales, peatonalizas, son una invitación al paseo. Sus caóticas autovías, una invitación a la reclusión.

Tal vez Bakú no existe. O existe sólo a medias. Y tal vez un día el gas natural se agote y Bakú se convierta de nuevo en el polvazal de pobreza que un día fue, para resurgir luego, de la mano de un milagro futuro, en un ciclo eterno de explosión y contracción.

Bakú…que nombre tan bonito, el de esta ciudad extraña.

1 comentario:

fhl dijo...

me reconozco inculta ante la existencia de bakú!!! como dices que nombre tan bonito...seguiré tu blog para conocer mejor el mundo, al menos desde tu prisma.