jueves, 23 de abril de 2009

La conferencia

(Primera parte)

- Estimados oyentes, amigos todos:

Es un honor para mí estar hoy con todos ustedes y poder compartir los resultados preliminares del estudio que, tras tantos meses de ardua tarea y desvelos varios, mi equipo de colegas y yo mismo hemos logrado concluir a satisfacción de la Fundación Carniage para el Fomento de la Cultura Científica Popular. No puedo dejar de mencionar en esta grata ocasión que jamás hubiera resultado posible alcanzar tales éxitos si no hubiera sido por el incondicional apoyo de toda una serie de instituciones que nos facilitaron recursos, material bibliográfico, consejos y, en general, amistad, cariño y comprensión esenciales para afrontar un reto como el que nos habíamos planteado. Debo dedicar también algunas palabras para el SRM -Señor Rector Magnífico- de la UCM -Universidad Condal de Milwakee-, cuyo aliento y perseverancia resultaron claves para obtener ayudas financiera… no te sonrías Billy….¡tú sabes que si hubiéramos realizado la investigación con nuestros propios recursos hoy estaríamos haciendo esta presentación en el garaje de la casa de tu prima Windy!

(Risas entremezcladas con aplausos. Todos saben que Willy padece de alitosis y que la referencia a su 'aliento' ha resultado inapropiada. En el caso de Windy Thomas, prima de Hill Richardon, rector magnífico, las risas se combinan con aspavientos y un lloriqueo histérico).

- Sin más preámbulos, quiero dar la palabra a mi colega, el doctor Peter O´Rally, profesor de sociología de la UCM y director del equipo técnico de análisis de ecuaciones, uno de los grupos más activos a lo largo del proceso investigativo. Con ustedes, Peter the Pet[1]!

(Silbidos, aplausos. Alguien grita “¡qué grande eres tío Pet!” desde las gradas superiores).

- Gracias amigos, muchas gracias…dejen de aplaudir o lograrán que me ponga más nervioso todavía de lo que ya estoy…

(Risas, muchas risas. Una señora en la segunda fila ventosea, aprovechando el ruido general. Nadie se percata).

- Tal vez algunos de ustedes ya sepan como comenzó todo esto…hace un par de años Jack y yo acudimos a Madrid, en España, en Europa, para dictar unas conferencias sobre la conservación de las tradiciones orales infantiles…como ya sabrán, Jack vive obsesionado con la idea de que el típico soniquete utilizado por los niños para chincharse entre sí no sólo es de uso universal- tal y como ya probó el antropólogo Rudolph P. Casey en su famoso estudio, sino que, además, probablemente ese soniquete proviene de una etapa anterior a la invención del lenguaje…

- No te enrolles Pet! Esa parte del cuento ya nos la sabemos! -quien chilla es el propio Rudolph P.Casey, presente en el público-.

- De acuerdo… de acuerdo amigo…el asunto es que después de la conferencia, y mientras charlábamos con algunos colegas españoles, alguien mencionó una cancioncilla popular de los niños en España…. “Que llueva que llueva la virgen de la cueva”, y que podríamos traducir como “Haz que llueva, haz que llueva, virgen de la caverna”. Tanto Jack como yo mismo convinimos en que sin duda se trataba de una valiosa reliquia: tal vez una vieja tradición oral precristiana musicalizada y conservada en el uso infantil, porque la melodía repetía la frecuencia y el tono de las canciones de niños datadas como más arcaicas en todas partes del mundo. Casi en broma, Jack me preguntó hasta que punto consideraba yo que el valor mágico religioso de la copla podía tener una validez científica…dicho con otras palabras..¿podía medirse si en verdad la canción servía de veras para atraer a la lluvia? Sabíamos que el planteamiento podía resultar absurdo, pero recuerden, en ciencia nada es absurdo ni ninguna relación inválida a no ser que se pruebe lo contrario…¿me ayudas con esos paneles Lucy?

(Por detrás de la cortina aparece Lucy enfundada en un traje de gasa. Transporta bajo el brazo unos paneles grandes, que coloca cuidadosamente sobre el caballete de pintor situado inmediatamente a la izquierda de Pet.)


[1] Pedro la Mascota (nota del traductor).

Continuará.
Foto: Luis Echánove

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