domingo, 8 de febrero de 2009

Mafia en la Taifa

Según me he enterado por casualidad gracias a un ejemplar caduco de El País que de rebote ha llegado el pobrecillo hasta Manila, resulta que en Madrid comisarios de policía jubilados y guardias civiles retirados se dedicaban a seguir y preparar dosieres del teniente de alcalde y otros cargos variopintos de la administración local y autonómica. En las películas de James Bond, los profesionales de sofisticadas agencias de información de poderosos gobiernos espían a los jefes de Estado y altos cargos de los países enemigos. Pero ya se sabe que en España casi todo lo que sucede a nivel autonómico acaba siempre teniendo un tufillo a película serie B. Cutrería y casposidad son los elementos esenciales del quehacer político regional, no ya solo en Madrid, sino casi en cualquiera de las 17 taifas.

Leo en el mismo periódico, bajo un titular nimio, que excavando debajo del Congreso (tal vez buscando la esencia de la democracia, digo yo... al menos espero que no estuvieran perforando un butrón), unos operarios se han topado con varios huesos humanos. Todavía no los han datado. A lo mejor se trata de la tibia de Sagasta y del peroné de Cánovas del Castillo, colocados a escondidas quien sabe cuando, como exvoto de vudú para echarle mal de ojo a la democracia Española para siempre jamás. Eso explicaría muchas cosas de la política ibérica. Como por ejemplo, lo de la red de espías casposos. Menudo país.

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